Es natural que solamos ver la sexualidad o el sexo como algo únicamente reproductivo, sobre todo si tuvimos como base una educación conservadora. Por tanto, es posible que muchas mujeres consideren que la menopausia trae consigo la culminación de su vida sexual y el disfrute de esta.
La menopausia es un proceso biológico natural que marca el final de los ciclos menstruales, y, por lo tanto, la posibilidad de embarazo; puesto que provoca que nuestros ovarios fabriquen ahora una menor cantidad de estrógenos para evitar la ovulación y la regla, pero siguen fabricando la testosterona y los estrógenos necesarios para mantener activo el deseo sexual. También es cierto que la experiencia en cada mujer será distinta y por diversos factores de salud, también el deseo sexual puede cambiar. En este caso influyen los síntomas físicos como los sofocos y los síntomas emocionales. La menopausia puede producirse entre los 40 y 50 años, pero la edad promedio es a los 51 años en los Estados Unidos.
Aunque existan cambios evidentes, la vida sexual no termina con la menopausia. Nuestra sexualidad nos acompaña hasta el último día de nuestra existencia. No hay tal cosa como una terminación de nuestra sexualidad. Míralo de esta forma: cuando fuimos adolescentes, experimentamos cambios físicos y emocionales que nos llevaron a un proceso de aprendizaje y redescubrimiento. En la menopausia ocurre igual, ¡es momento de aprender y redescubrirse!
En esta medida, debemos tener en cuenta que nuestra resistencia a los cambios puede limitar este proceso de redescubrimiento. Y es importante tener en cuenta que los diversos cambios que se experimentan en la menopausia no necesariamente son cambios que identificamos como negativos, son solo cambios. Por ejemplo, la disminución en la lubricación natural. En este caso, tenemos de nuestra mano los lubricantes artificiales. Te ofrezco más detalles sobre esto en mi columna anterior. Por otro lado, existen tratamientos médicos y hormonales que pueden ayudarte con el factor físico. En cuanto al aspecto emocional, psicológico y erótico, te recomiendo hacer una cita para consulta sexológica donde te podemos orientar sobre cómo potenciar tu ser sexual y redescubrir tus zonas erógenas.
Finalmente, la calidad de nuestra vida sexual también tiene que ver con la pareja que elegimos, ya que gran parte de la información que recibimos sobre lo que consideramos “normal”, está ligada a la opinión del otro. Es decir, nuestra pareja nos sirve como espejo en muchas ocasiones
Incluso, se entiende que las mujeres que tienen una vida afectiva y sexual saludable continúan teniendo una vida sexual activa y placentera luego de la menopausia.
Así que, ¡más amor para nosotras mismas y más disfrute sexual consciente!
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