El tema del orgasmo es uno que se mantiene en la lista de los secretos en la cama. Y es que, en ocasiones, preferimos actuar como si hubiéramos llegado al tan esperado “Oh”, en vez de mostrarnos honestas ante la dinámica sexual. El pasado lunes celebramos el Día Internacional del Orgasmo Femenino para visibilizar el placer sexual de la mujer y educar sobre la salud sexual, ya que se estima que el 15% de la población de mujeres activas no ha experimentado jamás un orgasmo.
La sexóloga y coach de relaciones Erika Michael nos trae el tema del orgasmos y cómo no debemos fingirlo cuando practicamos el sexo.
Hace un tiempo vi un meme en las redes sociales que decía: “No finjas tu orgasmo, hazle saber lo que está haciendo mal”. Y acá quiero aclarar otro punto importante: que la mujer no experimente su orgasmo no es entera responsabilidad de su pareja sexual o significa que lo esté haciendo mal.
¿Qué es “hacerlo mal” en el acto sexual? Bueno, hay unas cuestiones técnicas, de posturas, de conocer el cuerpo humano y las zonas erógenas. Pero hay muchísimo de estar “presentes” durante el acto sexual.
Una mujer joven, de unos 31 años, me decía que no lograba tener un orgasmo con su esposo. Cuando conversamos sobre su estilo de vida, sobre cómo se encontraba su relación con él, saltó el tema de que ella se sentía sobrecargada por las tareas de la casa, apenas tenían conversaciones entre ellos que no fuera más allá de lo típico. Ella sentía deseo sexual y amaba a su pareja. Mientras tenían relaciones sexuales, ella pasaba a la fase de excitación sin ninguna dificultad, pero antes de lograr llegar al orgasmo comenzaba a pensar si lo estaba haciendo bien, si su pareja le estaba siendo fiel, cuándo iba a terminar el acto sexual para poder preparar la comida de mañana. Claramente, perdía el ritmo del acto y su pareja eyaculaba antes de ella tan siquiera pensara en poder acabar en placer.
Este es uno de tantos casos que recibimos en consulta que muestran un poco el desconocimiento de nuestra sexualidad. Para ello, debemos tener en cuenta que:
• Mi orgasmo no es entera responsabilidad de mi pareja: Y uso la palabra entera porque es también cierto que la dinámica entre ustedes como pareja sexual influencia en que aumente el grado de excitación y puedas disfrutar el acto. Pero como en el ejemplo anterior, si no te mantienes presente durante el acto, será difícil lograr sentir un orgasmo.
• El orgasmo no es el centro del acto sexual: Digamos que tener el orgasmo no lo es todo en el acto sexual. Así que también es cierto que cuando nos centramos únicamente en “quiero tener un orgasmo”, eso nos produce mayor ansiedad en terminar el acto. Y aunque sí tengamos un orgasmo, ¿realmente disfrutamos el acto sexual?
• Tener sexo es estar presente: ¿Dónde están tu mente y tus emociones durante el acto sexual? Sea con tu pareja formal o con una pareja casual, en cualquiera de los casos debemos recordar que el acto sexual integra perfectamente los diferentes niveles del ser humano: lo emocional o afectivo, lo psicológico, lo físico, lo moral, cultural, etc. Por lo tanto, será muy difícil tener una experiencia sexual satisfactoria si no tienes tu mente y voluntad puestas en ello.
• Debes conocer tu cuerpo: Claro que también debes dejarte conocer por tu pareja o parejas sexuales. Y por supuesto, también tú debes conocerle. Pero no solo centrarte en lo que te gusta o no te gusta (porque incluso eso podría cambiar con el tiempo). También saber qué nos provoca mayor cansancio, qué nos provoca preocupación o estrés y trabajar en ello. Conocer qué funciones realiza tu cuerpo durante el ciclo de respuesta sexual puede ayudarte también a sentirte más en confianza con tu disfrute sexual.
• Dejarte llevar es clave: Dejarse llevar podría ser muy excitante para algunas mujeres, como para otras podría ser aterrador. Mi recomendación es que para dejarte llevar y perder o entregar el control debes resolver de antemano lo que te pueda preocupar. Así, cuando esos pensamientos lleguen a tu mente durante el acto sexual, los podrás rechazar fácilmente y centrarte en lo que estás experimentando. Te aconsejo llegar al acto sexual en la disposición de disfrutar, conocer y aprender.
¡No finjas tu orgasmo! Prepárate para disfrutarte, conocerte y sentirte.
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