Periodista ponceño con diez años de experiencia en medios nacionales y regionales, incluyendo televisión, prensa escrita y radio.
Cuenta con un bachillerato en periodismo de la Universidad del Sagrado Corazón y un máster en Gestión de Entidades Deportivas de la Escuela Universitaria del Real Madrid y la Universidad Europea, en España, así como una certificación en Periodismo Inmersivo, Realidad Virtual y Vídeo 360 de la Universidad de Texas en Austin.
CAROLINA – Amanda Serrano abre el garaje de su hogar. El calor del mediodía choca de inmediato con el templado ambiente de su gimnasio. Rápidamente, toma un quitapolvos y empieza a sacudir un estante de mancuerdas apostado frente a un cristal.
La escena es casi figurativa: en la intimidad de su hogar, Serrano está abriendo su campamento de entrenamiento y quitándose el óxido rumbo a la esperada revancha contra la irlandesa Katie Taylor, pautada para el 20 de julio en el AT&T Stadium en Arlington, Texas.
“Estoy entrenando, corriendo, haciendo un poco de sombra y golpeando los sacos un poco”, contó Serrano en una entrevista exclusiva con ELVOCERO en la sala de su hogar, minutos antes de realizar su sesión diaria de entrenamiento.
La cuenta regresiva para el pleito entre Serrano y Taylor va por 73 días. Sin embargo, la boricua ya identifica a esta altura las diferencias entre su actual preparación y la que realizó para el combate del 30 de abril de 2022 en el Madison Square Garden, de Nueva York, cuando la irlandesa ganó por decisión dividida y defendió su campeonato unificado de las 135 libras.
Esta vez, Serrano indicó que realiza más ejercicios para aumentar su volumen muscular porque la pelea está pactada en las 140 libras, unas cinco por encima de su primer enfrentamiento contra Taylor y 14 por encima de su peso natural.
“Estoy haciendo mucho ejercicio para subir de peso. Ahora voy a pelear en 140 libras, así que estoy haciendo cosas diferentes. Estoy levantando más pesas para ponerme más fuerte. Pero no me estoy enfocando mucho en crecer músculos porque no quiero bajarle a mi rapidez”, comentó.
A nivel técnico, también hay cambios. Serrano se está enfocando en intercambiar golpes y evitar ser víctima de los amarres de Taylor.
La preparación será dirigida únicamente por Jordan Maldonado y no compartida con Gary Stark Sr. como en el primer combate, cuando este último sirvió de entrenador auxiliar.
“Este campamento será un poco diferente. Vamos a trabajar inteligente. Sabemos qué necesitamos para enfrentar a Katie Taylor y dar el nocaut esta vez. Estoy trabajando con Jordan a tiempo completo. La última vez tuve otro entrenador, Gary Stark, junto con Jordan. Ahora estoy de lleno con Jordan. Vamos a hacer una pelea de muchos puños”, adelantó.
“Los cambios harán una gran diferencia”, vaticinó la veterana boxeadora sobre las estrategias que ha trazado junto a Maldonado y en las que también ha colaborado su hermana y excampeona mundial, Cindy Serrano.
Esta será la primera pelea para Serrano desde que venció a Danila Ramos el pasado 27 de octubre. El 2 de marzo, estaba supuesta a enfrentarse a la alemana Nina Meinke en el Coliseo de Puerto Rico, pero tuvo que cancelarla ante 17,000 personas por una dermatitis palpebral que sufrió por un gel fijador de trenzas que le cayó en los ojos.
Suscríbete para recibir en tu email las noticias más importantes de Deportes.
Success! An email has been sent to with a link to confirm list signup.
Error! There was an error processing your request.
Entretanto, Serrano mostró su desacuerdo con los términos de la pelea, impulsados por el equipo de Taylor. Eso incluye la extensión del combate, que será a diez asaltos de dos minutos cada uno, y el peso límite de las 140 libras.
La carolinense hubiese preferido que el reencuentro fuese en el peso ligero y que Taylor accediera a pelear a un máximo de 12 asaltos de tres minutos. Una propuesta similar fue denegada por la irlandesa para el combate de 2022.
“Yo creo que la revancha debía ser en las 135 libras. Ella todavía tiene los títulos en las 135, pero todo está de su lado y vamos a pelear en las 140 libras. Ella tampoco quería tres minutos y 12 asaltos. Yo realmente quería la pelea, esta revancha, y sé que puedo hacerlo aún cuando sea en las 140. Estoy confiada”, comentó.
Serrano –quien tiene marca de 46-2-1 y 30 nocauts– solo ha peleado una vez en su carrera en la división superligero, cuando venció a Yamila Reynoso por decisión unánime por el campeonato de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) en el Barclays Center de Brooklyn, Nueva York. En ese entonces, pesó 138 libras.
“Creo que subir de peso es peor para mí. Es más fácil bajar de peso. Me siento muy cómoda en las 126 libras, ese es mi peso”, afirmó.
Si algo positivo encuentra Serrano en los términos de la pelea es que no tendrá que cohibirse con la alimentación, sobre todo durante sus días en Puerto Rico. “La comida me ayuda al 100%... el mofongo, tostones, (arroz) mampostea’o, todo eso puedo comerlo. Pero, cuando estoy entrenando, bajo muy rápido y fácil de peso”, contó entre risas, al añadir que el calor de la Isla le es contraproducente para aumentar de peso.
A pesar de que llega en desventaja sobre el papel, Serrano restó importancia a los términos de la pelea y apostó a sus habilidades para salir por la puerta ancha. “No estoy muy enfocada en eso. Estoy enfocada en ganar”, manifestó.
Enfocada en el nocaut
Serrano también tiene muy claro que una victoria suya el 20 de julio podría estar únicamente atada con el nocaut y que no debe recaer en la percepción de los jueces.
Esa opinión –que comparte también con su entrenador y manejador– está basada en el controversial resultado del primer combate, en el que los jueces Guido Cavalleri y Glenn Feldman dieron como ganadora a Taylor con tarjetas 96-93 y 97-93, respectivamente. Benoit Roussel fue el único que colocó a la boricua ganando por 96-94.
“Sé que con un poquito más puedo convencer a los jueces y puedo ganar. Siento que puedo ganar esa pelea”, admitió Serrano. “Muchos me vieron ganar en la primera pelea, fue una buena pelea, pero yo sé que tengo el poder para ganar y en esta pelea voy por eso. Voy a tratar de no dejárselo a los jueces. Nunca estuve lastimada en la primera pelea, yo la lastimé. Sé que puedo hacerlo”, reiteró.
El encuentro entre Serrano y Taylor servirá de coestelar para la pelea protagonizada por el influencer y cofundador de Most Valuable Promotions (MVP), Jake Paul, contra el legendario excampeón mundial Mike Tyson. Las principales peleas serán transmitidas por Netflix.
Aunque la cartelera será en Texas, la siete veces campeona divisional está confiada en que habrá público boricua apoyándola desde las gradas, como sucedió en el pleito celebrado en el Madison Square Garden, de Nueva York, donde sí hay una gran concentración de puertorriqueños.
“La última vez, cuando pelee en Dallas, Texas, fueron muchos boricuas. Siento el apoyo. Creo que sí habrán boricuas. Es un estadio de 80,000 personas. Creo que voy a ver una o dos banderas de Puerto Rico allí”, insistió con una sonrisa.
“Yo creo que se va a llenar. Son 80,000 personas. Definitivamente, Katie y yo merecíamos este escenario. Va a ser una gran segunda pelea para los fanáticos. Será increíble. Mientras mejor es el escenario, mejor es mi desempeño”, concluyó.
El próximo lunes, Serrano y Taylor se verán las caras por primera vez desde que se anunció la pelea cuando acudan a una conferencia de prensa.
La última vez, cuando pelee en Dallas, Texas, fueron muchos boricuas. Siento el apoyo. Creo que sí habrán boricuas. Es un estadio de 80,000 personas. Creo que voy a ver una o dos banderas de Puerto Rico allí.
Recibe más información sobre esta y otras noticias. Pulsa aquí si eres usuario de Android o de iPhone.
Periodista ponceño con diez años de experiencia en medios nacionales y regionales, incluyendo televisión, prensa escrita y radio.
Cuenta con un bachillerato en periodismo de la Universidad del Sagrado Corazón y un máster en Gestión de Entidades Deportivas de la Escuela Universitaria del Real Madrid y la Universidad Europea, en España, así como una certificación en Periodismo Inmersivo, Realidad Virtual y Vídeo 360 de la Universidad de Texas en Austin.