Aunque Mañengue alcanzó su fama inicial como conguero de la orquesta de Richy Ray y Bobby Cruz, y de tocar en múltiples orquestas a lo largo de los años, se le conoce en la barriada La Perla del Viejo San Juan como creador del conjunto Sepia Bajo Mundo.
El gran mundo actual de la “rumba callejera” y de nuevo cuño dispone de una pausa obligada con el deceso de uno de sus autores más entregados y de un talento insuperable, como lo fue Manuel Hidalgo Mañengue. Así conocido por su inmensa fanaticada, formada por años de una interpretación única de la conga.
El maestro Humberto Ramírez, quien creciera junto a su hijo Giovanni Hidalgo, uno de los percusionistas más importantes del mundo, a su vez anunció al constituirse en portavoz de la familia, que los actos fúnebres en su honor se celebrarán mañana viernes 15 de marzo a partir de las 11:00 de la mañana, en la sede del Instituto de Cultura Puertorriqueña en el Viejo San Juan.
Persiste el Sepia Bajo Mundo de Manuel Hidalgo Mañengue
Aunque Mañengue alcanzó su fama inicial como conguero de la orquesta de Richy Ray y Bobby Cruz, y de tocar en múltiples orquestas a lo largo de los años, se le conoce en la barriada La Perla del Viejo San Juan como creador del conjunto Sepia Bajo Mundo. Un grupo de percusión de vanguardia ejecutando plenas, bombas, rumbas y otros ritmos caribeños al estilo de Mañengue. Este grupo compuesto por percusionistas nativos de la barriada estuvo constituido por Julio Collazo, Chino Timba, Ariel Bion, Tato Salta, Johnny Viruet, Luna y el propio Mañengue como su director.
Aparte de su vida como un percusionista profesional, Mañengue entrenó a este conjunto con un sabor exclusivo, al ejecutar sus números compuestos por el propio Mañengue, aparte de su participación en obras teatrales que se pasearon por los centros culturales de la Isla, universidades, plazas públicas y escuelas.
Entre estos dramas se encuentran “El juicio de Víctor Campolo” de Luis Rosario Quiles, que estrenó en el teatro de la Universidad de Puerto Rico. A este estreno le siguieron “Cadencia en el país de las maravillas y sus amigos de la cochinchina”, de Pedro Santaliz, alrededor de centros culturales en celebración de la Ruta de Teatro Puertorriqueño del Instituto de Cultura Puertorriqueña estrenada en la barriada La Perla.
Luego llegó el drama truculento Papo Márquez, “Esquizofrenia Puertorricensis” con una técnica Living Theater y que estrenó además, en el teatro de Myriam Colón el Puerto Rico Traveling Theater, en México y Barcelona.
Su última intervención fue en el Centro de Bellas Artes en Santurce con la pieza afronegrista, “Los Negros” de Jean Genet, con un reparto estelar encabezado por Ernesto Concepción, Lydia Echevarría, Carmen Nydia Velázquez, Carlos Miranda, Rosita Sustache y Yolanda Montes como la Reina Tongolele.
En todas estas obras, Mañengue no solo compuso la música, sino también se destacó como actor. También grabó con el maestro locutor, actor y productor, Rafi Torres, el disco Sepia Bajo Mundo, cuya edición quedó agotada a los pocos días.
La fama de Mañengue perdurará por siempre por todas las personas a quienes tocó con su música y por su inconmensurable talento. Que descanse en paz esta gloria musical puertorriqueña.
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